El Señor Está Cerca

Martes
28
Marzo

Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío. Entonces los hijos de Israel… hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo. Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel.

(Esdras 6:15-17)

Después de la cautividad en Babilonia (9) El gozo de la dedicación

El decreto del rey Darío para reconstruir el templo tuvo el efecto deseado. Los enemigos de los judíos obedecieron la orden de dejarlos trabajar tranquilos, y durante los siguientes cuatro años, los judíos edificaron, prosperaron y terminaron la construcción del templo.

El siguiente paso era la dedicación de esta “casa de Dios”, un término utilizado en el Antiguo Testamento para referirse a un edificio material. El Nuevo Testamento no denomina a un edificio material como la “casa de Dios”. En lugar de eso, Hechos 17:24 dice que Dios, “siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas”. Todos los creyentes en el Señor Jesucristo son vistos como parte de la Casa de Dios, “la Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. Este edificio espiritual “va creciendo para ser un templo santo en el Señor” como una “morada de Dios en el Espíritu” (1 Ti. 3:15; Ef. 2:21-22).

La cantidad de sacrificios fue pequeña en comparación con los 22.000 becerros y 120.000 ovejas que se sacrificaron durante la dedicación del templo de Salomón. Pero hubo verdadero gozo en el pueblo, y las cosas se hicieron “conforme a lo escrito en el libro de Moisés” (v. 18). También ofrecieron “doce machos cabríos en expiación por todo Israel”. Lo ofrecieron por ellos mismos, por los que aún estaban en Babilonia, e incluso por las diez tribus que fueron llevadas cautivas mucho tiempo antes. ¡Qué importante es que nosotros, de igual manera, no pensemos y oremos solo por aquellos con los que nos reunimos y tenemos comunión práctica, sino por toda la Iglesia, la Casa de Dios en la tierra!

Eugene P. Vedder, Jr.

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