Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
¿Es correcto culpar al entorno por un mal comportamiento? ¿Puede alguien caminar con Dios cuando continuamente se ve rodeado de personas impías? ¿Qué significa caminar con Dios?
Consideremos a un hombre llamado Enoc. Cuando leemos de él por primera vez, la violencia ya era algo común de la vida en la tierra. Obviamente también había otras cosas. Los descendientes de Caín utilizaron la agricultura, la artesanía y la música como medios para convertir el mundo en un lugar más placentero para vivir sin Dios; pero la violencia y la corrupción sobresalían como un tema dominante sobre la faz de la tierra.
En Génesis 5:22 se nos dice que, en medio de todo esto, Enoc caminó con Dios. Por fe, él vivió una vida ejemplar. Sus ojos estaban puestos en la promesa de Dios y sus días llenaron de gozo el corazón de Dios.
Algunos de nosotros trabajamos en lugares en los que estamos expuestos regularmente a mensajes blasfemos o chistes vulgares, o donde se nos pide ser deshonestos como una política de la misma empresa. Algunos quizás trabajan en escuelas donde se ha prohibido hablar de Dios, y donde somos estamos bombardeados con todo tipo de mensajes contrarios a la Palabra de Dios, tanto de profesores como compañeros. Todos sufrimos a causa de las tergiversaciones y corrupciones que nos imponen los medios de comunicación masivos. ¿Es posible para un creyente seguir viviendo para Cristo en un mundo como este? ¿Podemos proseguir tranquilamente, trayendo gozo a su corazón? ¡Animémonos con el ejemplo de Enoc!
“Andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante… Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Ef. 5:2, 8).
Grant W. Steidl