El Señor Está Cerca

Miércoles
15
Marzo

Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos… en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos. Entonces se levantaron Zorobabel… y Jesúa… y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban… Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo.

(Esdras 5:1-2; 6:14)

Después de la cautividad en Babilonia (8) – Un nuevo comienzo

En un intento de impedir la reconstrucción del templo, los enemigos de los judíos escribieron cartas al rey de Persia haciendo acusaciones contra la ciudad de Jerusalén. El propio rey respondió dando la orden de que no se reconstruyera la ciudad. Armados con esta carta, los enemigos detuvieron rápidamente la construcción del templo por la fuerza. Esta triste situación duro hasta el segundo año del rey Darío. Fue en este momento que Dios levantó dos profetas (Hageo y Zacarías) para que hablaran en su nombre al pueblo. Hageo fue el primero en empezar a profetizar, y unos dos meses después se le une el joven profeta Zacarías. Hageo puntualizó que a Dios no le gustaba ver al pueblo concentrándose en edificar casas elegantes para sí mismos, mientras que su templo permanecía desolado. “Meditad bien sobre vuestros caminos” (Hag. 1:4-5), les dijo Dios, instándolos a continuar con la reconstrucción de su templo. Dios le reveló sus caminos a Zacarías, y a través de él también al pueblo, entregándoles finalmente muchas promesas preciosas acerca del Mesías, el Señor Jesús. Las profecías que pronunciaron estos hombres impulsaron a los líderes del pueblo a reanudar la construcción del templo, y estos dos profetas también se pusieron manos a la obra. Nosotros también debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch. 5:29).

Cuando el pueblo comenzó a obrar en conformidad a los mensajes que Dios les envió a través de estos profetas, los enemigos le escribieron cartas al nuevo rey, Darío, informándole que lo que los judíos estaban diciendo y haciendo. ¡Dios entonces utilizó la carta de respuesta de Darío para otorgarle a los judíos su total aprobación y el apoyo necesario para la reconstrucción!

Eugene P. Vedder, Jr.

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