Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.
El día de año nuevo nos otorga una oportunidad perfecta para considerar esta invitación: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. Fui administrador de una librería cristiana durante 27 años, y en ese tiempo me dí cuenta que todos los artículos que contenían el versículo de hoy, ya sea cuadros, tazones u otros, ¡se vendían más rápidamente que los que contenían otros versículos! Sin embargo, la interpretación es bastante diferente (y de mayor bendición) a la aplicación que generalmente le dan muchas personas, sean cristianas o no. Como se dice con frecuencia: «Un texto fuera de contexto es un pretexto».
¿Qué significa entonces este versículo? Esta expresión provendrá de los labios del remanente judío durante el Milenio, quienes mirarán hacia atrás y alabarán al “Dios de Jacob” por haberlos librado del “tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7). El Mesías habrá sido su refugio y los habrá rescatado de las naciones turbulentas y rugientes (vv. 1-3). Jerusalén será establecida como la morada de Dios en el Milenio. Después de derrotar a las naciones y destruir sus armas, el Mesías traerá paz al mundo entero (v. 9, cf. Is. 2:4). Como alguien ha dicho: «Él le declarará la guerra a la guerra». “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”; esto nos recuerda que él será exaltado sobre la tierra, pues su reinado habrá llegado. El pueblo terrenal de Dios entonces descansará–cesará todo conflicto.
Sin embargo, aunque el contexto es judío, hay una valiosa aplicación para quienes somos participantes del llamamiento celestial. A medida que este año avanza, estemos tranquilos y sepamos que él es Dios. Esto no significa que debamos cesar de ejercer nuestras actividades mentales o físicas con el fin de adentrarnos en un camino místico, como algunas personas interpretan este texto. En lugar de eso, debemos descansar en el hecho de que Cristo viene, que será exaltado entre las naciones y traerá paz a este triste mundo. Y aunque la tierra se conmueva y los montes tiemblen, no tenemos porqué temer, Dios es nuestro refugio, y pronto auxilio en las tribulaciones.
Brian Reynolds