El Señor Está Cerca

Sábado
5
Noviembre

El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo.

(1 Tesalonicenses 4:16)

La venida del Señor para buscar a la Iglesia

La presentación de la Iglesia a Cristo se llevará a cabo en el cielo. Obviamente, la Iglesia primero debe ser arrebatada al cielo para este gran evento y, además, para cumplir la Escritura, Él mismo debe venir por ella. Las últimas palabras pronunciadas por el Señor a su Iglesia fueron estas: «Ciertamente vengo en breve» (Apoc. 22:20). Estas nos muestran qué lugar ocupa en sus pensamientos su venida para buscar a su pueblo comprado por sangre. Cuando hubo transmitido a su siervo Juan toda la revelación que Dios le había dado, Él añadió estas últimas palabras, personales y tiernas, llenas de amor y anhelo: «Vengo en breve». Ciertamente estas palabras incitan esta respuesta: «Sí, ven, Señor Jesús».

Una de las cosas más extrañas en la historia de la Iglesia es que esta gran esperanza parece haberse olvidado por completo durante muchos siglos. Estas palabras, que deben vivir en el corazón de la Iglesia, parecen haber sido poco atesoradas o entendidas. Es extraño que incluso hoy en día afecte tan poco a quienes las conocen y las entienden, pero no necesitamos ir muy lejos en la historia para encontrar el motivo. Lo vemos revelado en las palabras del Señor a la iglesia en Éfeso: «has dejado tu primer amor» (Apoc. 2:4).

Sin embargo, se acerca el momento en el que el Señor cumplirá su palabra y descenderá del cielo con voz de mando. Será un clamor de gozo contenido que estallará de su corazón y labios porque el tiempo de espera por fin se habrá acabado. Será un grito de triunfo y poder que resonará en el cielo y la tierra y hasta la misma sepul­tura. ¡Qué tiempo de triunfo será aquel! El aire es la sede del poder de Satanás ahora, pues él es el príncipe de la potestad del aire (Efe. 2:2). Allí, en el mismo asiento del poder de Satanás, el Señor, triunfante, se encontrará con su Iglesia victoriosa –una iglesia reunida de toda nación, tribu y lengua, y que será arrebatada de la tierra para encontrar al Señor en el aire.

J. T. Mawson

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