Mizraim engendró a… Casluhim, de donde salieron los filisteos.
Moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.
Los filisteos son los enemigos en cuyas manos el Señor entregó a Su pueblo. Brevemente consideraremos lo que las Escrituras parecen señalarnos en cuanto al carácter de los filisteos. En primer lugar, toda la tierra de Canaán recibe el nombre de este pueblo. Se llama Palestina por los filisteos. Sin embargo, es muy interesante considerar que Dios nunca utiliza el nombre «Palestina» al hablar de la herencia de su pueblo. Este nombre siempre designa un país hostil. Es por ello que Moisés, en su cántico triunfal junto al mar Rojo, expresó: «el pavor se ha apoderado de los habitantes de Filistea» (Éx. 15:14). La fe la ve como una tierra enemiga hasta el momento en que sea poseída por el pueblo de Dios.
Es de este modo la tierra de los filisteos y, sin embargo, no tienen ningún derecho sobre ella. Ellos eran intrusos o, como su nombre lo dice, «nómadas», personas que no tenían ni un solo derecho sobre la tierra que habitaban. Ellos habían deambulado dentro de la tierra y se habían establecido junto a la costa, donde había una vía fácil para entrar en la tierra. Este era un camino que Israel no utilizó, pues Dios se había rehusado explícitamente a conducirlos por él. Ellos no solamente necesitaban ser formados a través de las luchas y las dificultades, sino que también necesitaban convertirse en ejemplos para todos los que vendrían después, demostrando que el único y verdadero camino para entrar en la herencia de Dios es por medio de la muerte y la resurrección.
En este sentido, el río Jordán es figura de la muerte y resurrección de Cristo; todos los que entren en su herencia por esa vía son Su pueblo, mientras que todos los que toman su lugar reclamando una porción entre el pueblo de Dios, y no se han identificado realmente con Cristo en su muerte y resurrección, son nómades o intrusos en el territorio de Dios.
Samuel Ridout