Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
(1 Corintios 1:9 RVA-2015)
«Fiel es Dios». Yo nunca he sido fiel. Temo que jamás seré fiel en el sentido absoluto de la palabra, pero me relaciono con un Dios fiel que se ha comprometido a ayudarme. «Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor». Dios no se ha comprometido simplemente a salvarnos individualmente, sino que habiéndonos salvado individualmente, ahora nos introduce en una comunión maravillosa, la cual tiene como Cabeza glorificada y resucitada a nuestro Señor Jesús en los cielos. Es por eso que es llamada «la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor», y es la única comunión que los cristianos realmente necesitan.
Toda asamblea local debe ser una expresión de esta comunión; es la comunión del cuerpo de Cristo. Por lo tanto, si has sido redimido por su sangre, si por el Espíritu Santo has sido bautizado dentro del cuerpo de Cristo, entonces eres llamado a la comunión del Hijo de Dios, y eres uno con cada otro creyente sobre la faz de la tierra. Todos pertenecemos a una gran comunión. La palabra «comunión» significa realmente «asociación». He sido asociado a una maravillosa compañía, cuya Cabeza es el Señor Jesús y en la que todo verdadero creyente tiene un lugar. ¡Qué comunión! ¿Te asombra que algunos de nosotros jamás ansiemos otra comunión? Hemos hallado todo lo que necesitamos en la comunión del Hijo de Dios.
En 1 Juan 1:3 leemos que hemos sido introducidos en la comunión con el Padre y el Hijo. ¿No es maravilloso que estemos asociados con el Padre y el Hijo? Compartimos sus pensamientos en común. Tan solo pensemos en esto: Dios el Padre y Dios el Hijo nos han llevado en asociación con ellos en sus pensamientos con respecto a la redención, el glorioso plan de la salvación; ¡y entramos en la comunión con el Padre y con el Hijo!
H. A. Ironside