Harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo … así lo haréis.
Éxodo es un libro de tipos y figuras. Anteriormente mencionamos que Moisés es un tipo de Cristo, pero también hallamos otros tipos o figuras en Éxodo: el cordero pascual –Cristo, nuestra pascua; el mar Rojo –la muerte de Cristo por nosotros; las aguas de Mara endulzadas por un árbol –la amargura del pecado cancelada por la cruz; las doce fuentes de Elim –el ministerio del Espíritu Santo, proveyendo de refrigerio y descanso; el maná del cielo –Cristo descendiendo del cielo y morando aquí como Hombre; el tabernáculo y su mobiliario. Debo decir que esta es tan solo una breve lista de tipos y figuras, pues Éxodo está repleto de ellos. Eran sombras de lo que había de venir (Col. 2:17).
Sin embargo, el tabernáculo es lo que nos otorga la más plena representación de las cosas celestiales y de Cristo. Toda la segunda parte del libro del Éxodo trata de los planes, la construcción y el mobiliario del tabernáculo. Se trata de un abundante estudio de la obra redentora de Cristo, pero también de la maravillosa verdad de que Dios está preparando un santuario para sí mismo, con el fin de morar en medio de su pueblo (Éx. 25:7; 40:33-34; comp. Efe. 2:21-22).
Como ya mencionamos, el tabernáculo es una figura de la morada de Dios. Todos sus materiales y secciones nos presentan a la Persona de Cristo y su obra como Mediador. También es una figura de las cosas celestiales mismas, como está escrito: «las figuras de las cosas celestiales» (He. 9:23). El tabernáculo también representa, tipológicamente, el camino del hombre pecador hacia Dios. Comienza con el arca en el capítulo 25:10 porque es la manifestación de Dios al hombre –el tipo más elevado de Cristo; y finaliza con la nube de la gloria de Jehová llenando el tabernáculo en el capítulo 40:34, Dios morando en medio de su pueblo.
¡Lee Éxodo personalmente y disfruta del maná!
Brian Reynolds
