Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores.
Si eres un hijo de Dios, entonces este versículo es para ti. No importa donde te encuentres ahora o cuán humilde sea tu condición de vida en estos momentos, el Señor te escuchará y te librará de todos tus temores. El versículo 6 nos otorga una promesa: «Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias».
Qué maravilloso cuando nos damos cuenta de que incluso el más humilde de los hombres puede invocar a Dios, el gran Dios del universo, y que el Señor lo oye y lo libera. No importa si eres rico o pobre, joven o anciano, sano o azotado por alguna enfermedad, el mismo Dios que oyó y libró al salmista te oirá y cuidará justo donde estás ahora. ¡Qué consolador saber que «los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos» (v. 15), y que el «ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende» (v. 7)!
¿Cómo te está yendo ahora mismo? A veces la senda que atravesamos es demasiado pedregosa y escarpada, y pareciera que estamos solos y presionados por todos lados. Estos son momentos que prueban al alma. A veces, el desánimo y el desaliento en momentos difíciles conducen a un corazón amargado y nos hacen peor.
En esos momentos, recuerda que jamás estás solo, incluso en el día más oscuro o en medio de las circunstancias más difíciles. El mismo Señor cuyos ojos estaban sobre su siervo David, fija sus ojos sobre ti en estos mismos momentos. El mismo Dios que lo guio fielmente y cuidó de él, también oye tus clamores. David confió en el Señor para su liberación –¡y nosotros también podemos confiar en Él!
S. J. Faulkner
Vendrán tempestades, lo sé yo muy bien,
la fuerza del sol faltará,
amigos dejarme pueden también,
Jesús siempre me sostendrá.
J. Wells
