El Señor Está Cerca

Viernes
13
Mayo

Los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente. A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer? Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó.

(Jueces 8:1-3)

Los jueces de Israel (14) Gedeón (G) Trabajando juntos

El Señor le había dado a Gedeón y a sus 300 hombres una victoria gloriosa sobre el ejército de los madianitas. El grito de batalla había sido: «¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!». Habían hecho sonar las trompetas, quebrado sus cántaros, y dejado brillar sus antorchas. No habían tenido que pelear, porque el Señor había generado que los madianitas, invadidos por el miedo, se mataran unos a otros y huyeran confundidos. Otras tribus de Israel se habían unido a ellos en la persecución. Gedeón había llamado a la tribu de Efraín para que tomara los vados del Jordán y previnieran que los enemigos cruzaran al otro lado. Ellos habían matado a los príncipes de Madián y habían traído sus cabezas a Gedeón. Sin embargo, los orgullosos efrainitas regañaron a Gedeón por no haberlos llamado antes. Gedeón les respondió sabia y humildemente, dándoles completo crédito por lo que habían hecho, minimizando sus propias hazañas. Él estaba persiguiendo al enemigo y no gastaría su tiempo discutiendo.

¡Con qué frecuencia hacemos lo contrario, arrebatando la derrota de las mismas fauces de la victoria al pelear con nuestros hermanos en la fe! En lugar de ganar almas para el Salvador, criticamos los métodos que otros utilizan para hacerlo. En lugar de batallar juntos contra los ejércitos del enemigo, peleamos contra nuestros hermanos. Como el discípulo mencionado en Marcos 9:38, queremos evitar que otros hagan lo que nosotros no hacemos «porque no nos sigue». Debemos, más bien, perseguir al enemigo en lugar de gastar tiempo enemistándonos con nuestros hermanos.

Eugene P. Vedder, Jr.

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