Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.
¡Cristo es el más grande Misionero! En su oración en Juan 17, el Señor utiliza siete veces el verbo enviar (en griego –apostello). Él se dirige al Padre como «Padre justo» porque siempre hace y dice lo que es correcto, en firme contraste con lo que este mundo hace o cree. «El Padre ha enviado al Hijo», y en esta oración aprendemos acerca de los maravillosos resultados de la misión que el Hijo cumplió.
1.- Cristo fue enviado por el Padre para que aquellos que el Padre le ha dado pudiesen conocer al verdadero Dios y a Jesucristo. Este conocimiento implica una relación perdurable con el Padre y el Hijo, en el goce de la vida eterna (v. 3)
2.- Los discípulos que estuvieron con Cristo durante su ministerio terrenal recibieron las palabras que el Padre le había dado, pues reconocieron que Jesús provino del padre y que el Padre había enviado al Hijo (v. 8).
3.- Estos son los que el Señor Jesús envío al mundo; así como Él mismo había sido enviado por el Padre (v. 18).
4.- La unidad de los creyentes es un testimonio al mundo de que el Padre ha enviado al Hijo (v. 21).
5.- En el siglo venidero, la unidad de los creyentes será exhibida a todo el mundo, y este reconocerá que el Padre envió al Hijo y que Él ama a los creyentes, así como ama al Hijo (v. 23).
6.- El mundo no ha conocido al Padre justo, pero el Hijo lo ha conocido. Es el Hijo quien ha dado a conocer al Padre, de manera que los creyentes pueden reconocer que el Padre envió al Hijo (v. 25).
Todos estos detalles demuestran claramente que Cristo cumplió su misión. ¡Alabado sea Él!
Alfred E. Bouter
Por nos Señor del cielo descendiste,
Del Padre Dios mostraste la verdad;
Y en bien del hombre solo Tú cumpliste
De Él la buena y santa voluntad.
M. Cosidó