Teniendo esperanza… [de] predicar el evangelio en las regiones más allá de vosotros.
¿Estás pensando en las «regiones más allá» de ti? Esta expresión, para ti, puede significar la casa de al lado, la siguiente calle, el pueblo de al lado, la siguiente ciudad, el país más próximo, u otro continente. Tu corazón debe ponderar su aplicación; pero, dime, ¿has estado pensando en las «regiones más allá» de ti? No quiero, bajo ningún concepto, que abandones tu lugar actual; o al menos hasta que estés plenamente persuadido de que tu obra, en ese lugar, ha concluido. Pero recuerda que el arado del evangelio nunca debe permanecer quieto. «Adelante» es el lema de todo verdadero evangelista, suspirando por las «regiones más allá».
Creo que es provechoso que muchos de nosotros nos preguntemos cuánto de nuestras santas responsabilidades estamos dedicando a «las regiones más allá» de nosotros. Yo creo que el cristiano que no cultiva ni manifiesta un espíritu evangélico, está en una condición verdaderamente deplorable. Creo también que la asamblea que no cultiva ni manifiesta un espíritu evangélico se encuentra en un estado de muerte espiritual. Una de las características más genuinas de crecimiento y prosperidad espiritual, ya sea en un individuo o en una asamblea, es el sincero deseo de la conversión de las almas.
No importa cuánto esfuerzo se haga; puede ser simplemente deslizar unas palabras al oído de un amigo, darle un tratado, escribir una nota o exhalar una oración. Pero una cosa es cierta: un cristiano fuerte, saludable, será un cristiano evangelista, alguien cuyos deseos, simpatías y energías estarán siempre dirigidos hacia «las regiones más allá».
C. H. Mackintosh
La Palabra del Señor predicad, predicad;
Con anhelo y oración, predicad.
Ante el mundo burlador / Sed testigos de su amor;
El poder del Salvador, predicad.
E. Turral