Id… y enviad porciones a los que no tienen nada preparado… porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.
«Enviad porciones a los que no tienen nada preparado». Hay muchas personas a nuestro alrededor que nunca han escuchado el mensaje de salvación. Nuestra responsabilidad es compartir con ellos las buenas nuevas de la gracia de Dios. Las últimas palabras del Señor Jesús (en la tierra) fueron: «me seréis testigos en Jerusalén… hasta lo último de la tierra» (Hec. 1:8). Hay muchos a nuestro alrededor: vecinos, parientes, amigos o extraños que nunca han entendido, o incluso escuchado, las buenas nuevas de salvación. Envíenles porciones. Entre más se dediquen a buscar el bien espiritual de otros, mayor será el gozo en el Señor. Entre más envíe alguien porciones a los que lo necesitan, más rico se vuelve (ver Prov. 11:24)
Sin embargo, el «enviar porciones» no se limita solamente al evangelismo. Como creyentes debemos edificarnos unos a otros (Rom. 14:19). Que nuestro objetivo y deseo diario sea ser utilizados por el Señor para alentarnos mutuamente como miembros del un cuerpo de Cristo. Hay muchas formas de «enviar porciones a los que no tienen nada preparado». Podemos visitar a los que no pueden salir, leerles la Palabra de Dios. Podemos enviarles tratados o libros para ayudarlos espiritualmente.
Sin embargo, debemos recordar que no podemos dar lo que no tenemos. Primero debo nutrirme de la Palabra de Dios antes de poder ayudar a otros de esta manera. El deseo de ayudar a otros debe nacer desde lo profundo del corazón del creyente, solo así podrá realizarse enérgicamente. Nuestros corazones deben anhelar la bendición de otros, esto se reflejará en que nuestras acciones estarán combinadas con oraciones fervientes en favor de ellos. Lo principal es tener un deseo ferviente y estar dispuestos a sacrificarnos para enviar porciones a otros, para que ellos también puedan tener el gozo del Señor.
A. M. Behnam