El Señor Está Cerca

Miércoles
13
Abril

Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

(Mateo 14:28-29)

En el mar embravecido

La alimentación a los cinco mil fue una manifestación maravillosa de la gracia de Dios hacia su pueblo terrenal. A través del salmista, Él expresó lo siguiente: «Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan» (Sal. 132:15). Tristemente, sus bendi­ciones como nación se han visto pospuestas debido a que rechaza­ron al Señor Jesús.

Luego de esto, Él despidió a la multitud y subió al monte a orar solo. Allí sus ojos estaban sobre los fieles que, pocos y cansados, trabajaban remando en el lago (Marcos 6:48). Esto es una representa­ción figurativa y práctica de lo que Él hace ahora en el cielo, siempre viviendo para interceder por aquellos que se acercan a Dios por medio de Él (He. 7:25-26). La barca golpeada por las olas simboliza a Israel en el tiempo actual: a merced de las naciones. Su liberación descansa en el retorno del Señor a la tierra en poder y gloria en la consumación de los siglos. Pedro representa el remanente piadoso, respondiendo a la salutación amorosa de nuestro Señor: «¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!». La respuesta de Pedro es una expresión hermosa de la atracción y sujeción del remanente al Señor Jesús, pues dejarán la seguridad de la nación para ir, por fe, hacia Él, a pesar de la tribulación que los azotará.

Ciertamente este espíritu debe caracterizarnos (a la Iglesia) en la actualidad. A menudo nos consolamos a nosotros mismos diciendo que Pedro era como nosotros a causa de sus fracasos, pero ¿hubié­ramos dado un paso fuera de la barca aquella noche? Sí, es ver­dad, él comenzó a hundirse cuando sacó sus ojos del Señor, pero exclamó: «¡Señor, sálvame!», y se dio cuenta que Jesús estaba más cerca de lo que pensaba (v. 30-31). Que podamos seguir su ejem­plo y caminemos por fe (2 Cor. 5:7), «puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe» (He. 12:2)

Simon Attwood

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