El Señor Está Cerca

Martes
5
Abril

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

(Juan 17:21)

Cristo orando al Padre (7)

En esta oración tan particular, el Señor le pide al Padre por la unidad de los que iban a creer en Él. Esta unidad está fundada en la obra consumada por Cristo en la cruz. También es resultado del ministe­rio celestial que Jesús realiza hoy en día como sacerdote, junto con la obra permanente del Padre y el Espíritu Santo. La unidad entre el Padre y el Hijo debe reflejarse en la unidad de los creyentes: «para que sean uno, así como nosotros» (v. 11). No se trata de una unidad que podamos organizar nosotros, como muchos tienden a pensar, incluso llegando al punto de pretender que es algo que podemos «hacer». No, la unidad por la que nuestro Señor oró depende del cuidado de su Padre. El Padre es santo (v. 11) y la unidad que Él ha preparado es, por lo tanto, una unidad en santidad, según los estándares de Dios, no se trata de una unidad hecha por el hombre.

Luego, el Señor le pidió al Padre que guardara a los discípulos en su nombre, porque Él ya no estaría con ellos para cuidarlos y guar­darlos, como lo había hecho hasta ese momento. En su oración, el Señor Jesús se ve a sí mismo ya en el cielo, mientras que sus discí­pulos son dejados en este mundo, pero bajo los cuidados del Padre. Ellos serían un testimonio a este mundo, y es por eso que el Señor pide por su unidad. Y esto existe: todos los verdaderos creyentes están estrechamente vinculados con el Padre y el Hijo, de manera que el mundo reconozca que el Padre envió al Hijo. ¿Por qué? Por­que el Padre y el Hijo viven en los creyentes por medio del Espíritu Santo, el cual mora en ellos.

En el mundo venidero, la gloria de Cristo se manifestará pública­mente (v. 23). Entonces su oración será respondida por completo: «cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)» (2 Tes. 1:10). ¡En aquel momento será una unidad visible!

Alfred E. Bouter

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