El Señor Está Cerca

Viernes
11
Marzo

Nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne.

(Filipenses 3:3 NBLA)

La adoración: señal de un cristianismo auténtico

¿Qué quiso decir Pablo con esto? Él está contrastando a los cristia­nos auténticos con un grupo de falsos maestros legalistas, los cuales estaban causando dificultades entre los creyentes en Filipos. Ellos insistían que la circuncisión física era una señal de una fe verda­dera. Insistían que los gentiles no podían ser salvos a menos que se convirtieran al judaísmo. Pablo respondió a esta falsa enseñanza explicándoles que la señal de un verdadero creyente es espiritual, no carnal. Pablo nos enseña que lo que nos distingue es que «adoramos a Dios en el Espíritu».

Frecuentemente escuchamos a personas decir que la señal de un cristianismo auténtico es el amor, y que el Señor Jesús dijo: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Juan 13:35). Pero hay otra señal distintiva de un cristiano verdadero: adora a Dios en el Espíritu. Todas las otras virtudes, incluyendo el fruto del Espíritu (Gál. 5:22-23) tienen sus raí­ces en la adoración. El amor verdadero comienza a partir del amor al Dios verdadero (1 Juan 4:7-8). La plenitud de gozo sólo se halla en Cristo (Juan 15:11; 17:13). No hay paz para aquellos que no han hallado paz con Dios (Rom. 5:1). Podemos continuar considerando cada una de estas cosas, y muchas otras, pero el punto es que ado­rar a Dios en el Espíritu no solamente es la señal de un verdadero cristiano, también es la piedra angular de todas las demás virtudes.

Adorar a Dios en el Espíritu no se basa en seguir ciertas cere­monias o rituales religiosos, sino de disfrutar su presencia por la fe y verter amor, alabanza, adoración y honra. Las reglas humanas, reglamentos o rituales jamás pueden tomar el lugar del Espíritu de Dios en la adoración. ¡Que podamos estar cada vez más caracteri­zados por ser aquellos que confían en el poder del Espíritu de Dios, y que nuestras vidas lleven la señal distintiva de aquellos que ado­ran a Dios en el Espíritu!

Tim Hadley Sr.

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