El Señor Está Cerca

Viernes
4
Marzo

Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo: Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jehová… Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. Load a Jehová.

(Jueces 5:1-2, 9)

Los jueces de Israel (7) Débora y Barac (B)

¡Un liderazgo voluntario y piadoso es un don de Dios que debe valo­rarse entre el pueblo del Señor! Pedro exhorta a los ancianos a apa­centar «la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey» (1 Pe. 5:2- 3). Hebreos 13:7 nos exhorta a recordar a nuestros líderes, quienes nos han hablado la palabra de Dios, animándonos a imitar su fe, y el versículo 17 nos dice que debemos obedecerlos y sujetarnos a ellos.

En los días de Débora y Barac, «no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía» (Jueces 21:25). Sin embargo, en medio del fracaso y la confusión, Dios levantó líderes para su pueblo. Él fue quien tomó la iniciativa, «la batalla fue desde los cielos» (cf. Jueces 5:20), enviando abundancia de lluvia para inundar el campo de bata­lla, volviendo inútiles los 900 carros herrados. Él levantó a Débora «como madre en Israel», y a Barac, cuya fe se menciona en Hebreos 11:32, para conducir a los israelitas a descender del Monte Tabor. Y cuando leemos el cántico, podemos ver a los jefes de Israel –o legis­ladores– ofreciéndose voluntariamente, y una tras otra tribu unién­dose a ellos.

Cuando Dios levanta un liderazgo, Él espera que su pueblo lo siga. En el caso de Débora y Barac, muchos lo hicieron, y están mencio­nados en este cántico. Rubén, sin embargo, deliberó, pero no actuó. Dios dejó constancia de esto. Galaad, Dan y Aser se quedaron en sus posesiones. El pueblo cercano de Meroz, no vino al socorro de Jehová y fue maldecido solemnemente (v. 23). Jael es bendecida por sobre las mujeres por haber tomado la iniciativa en contra de Sísara. ¡Oh, que podamos seguir voluntariamente a los líderes que Dios nos ha dado!

Eugene P. Vedder, Jr.

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