El Señor Está Cerca

Lunes
21
Febrero

No hay otro fuera de Ti, ni hay roca como nuestro Dios.

(1 Samuel 2:2)

La oración de Ana (4)

¡«No hay otro fuera de ti»: ¿Ha llenado Cristo de tal manera tu alma que todo el resto de cosas y personas son como nada a tus ojos? Lee lo que dice Pablo en Colosenses 3:11: «Cristo es el todo».

Es precioso ver también cómo el Espíritu Santo presenta a Dios como la Roca. Esta expresión la hallamos en Génesis y con mucha frecuencia en Deuteronomio. Desde muy temprano en la historia de la humanidad, Dios expresó que el hombre necesitaba algo sólido sobre lo que descansar. Todo se va a deteriorar algún día, y nece­sitamos estar sobre la Roca que no puede ser conmovida. ¿Estás sobre la Roca? ¿Estás realmente sobre ella? ¿Puedes decir (porque tienes tal seguridad): «no hay roca como nuestra Roca, ni ninguna roca como nuestro Dios»?

«¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca» (Lucas 6:46-48). ¿Has respondido alguna vez, en la obediencia de la fe, a lo que Él te dice que hagas? Lo primero que te dice es que creas en el Señor Jesucristo. Ese es tu punto de partida como pecador.

En Isaías esta Roca es llamada «la Roca de los siglos» o «la Roca de la eternidad». Allí es donde necesitas edificar y permanecer. Cuando todo se derrumbe sobre la tierra, entonces tu querrás estar sobre aquello que permanece para siempre.

«Ni hay roca como nuestro Dios». ¿No es maravilloso que Ana haya aprendido esto? Ella estaba cerca del Señor y aprendió algu­nos de sus secretos. Por lo general, el mundo tiene sus propias «rocas» sobre las que edificar, pero éstas usualmente se rompen en mil pedazos.

F. C. Blount

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