El Padre tales adoradores busca que le adoren.
Usualmente pensamos que la razón principal por la que fuimos redimidos es para que pudiésemos escapar del infierno. Aquello es, sin duda alguna, un maravilloso beneficio, pero no es el propósito principal. Si bien podemos, y debemos, disfrutar la bendición que tenemos en Cristo, aquello no debe ser nuestro foco más primordial. ¡No debemos enfocarnos demasiado en las bendiciones al punto de perder de vista a Aquel que es el origen de toda bendición!
Puede sorprendernos que el motivo supremo de nuestra redención no dice relación con que nosotros recibamos algo. ¡Hemos sido redimidos para que Dios reciba adoración y que nuestras vidas puedan glorificarlo! El apóstol Pablo lo expresó de la siguiente manera: «a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos» (Efe. 3:21).
En Romanos 1:5 leemos que el propósito de la evangelización es «la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre». El apóstol Juan hace eco de esto en 3 Juan 7, cuando declara que los misioneros son enviados para proclamar el evangelio «por amor del nombre de Él». Nuestra salvación es primeramente para el beneficio de Dios, no el nuestro. ¡Ciertamente nos beneficiamos y disfrutamos las bendiciones de la salvación! Sin embargo, todas las bendiciones con las que somos bendecidos son adicionales, no el propósito principal. Antes de querer obtener algo de parte de Dios, primero debemos buscar glorificarlo. Esto es lo que el Señor Jesús quería decir cuando dijo: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mat. 6:33)
A través de toda la Biblia vemos que, primero que todo, Dios siempre busca verdaderos adoradores. En Apocalipsis 19:1-5, por ejemplo, vemos a la Iglesia en el cielo adorando a Dios. Estaremos en el cielo con el exclusivo propósito de poder adorar a Dios de la forma correcta y por la eternidad. ¡Que podamos darnos cuenta que hemos sido salvados para adorar a Dios como nuestro Padre ahora, comenzando a vivir el propósito por el cual nos redimió!
Tim Hadley Sr.