El Señor Está Cerca

Viernes
28
Enero

La ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años. Entonces cla­maron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un liber­tador a los hijos de Israel y los libró; es.

(Jueces 3:8-10)

Los jueces de Israel (3) Otoniel

En el desierto, Moisés juzgó a Israel, lo hizo con la ayuda de «varo­nes de virtud», los cuales había escogido a partir del consejo de su suegro. Ahora, en este libro, Otoniel es el primero de los jueces mencionados. Anteriormente, Otoniel había conquistado la ciudad de Quriat-sefer, que luego se llamó Debir, con lo cual obtuvo la mano de Acsa, la hija de Caleb, en matrimonio (Jueces 1:12-13). Esta es la única instancia en el libro de Jueces en el que Dios escoge a un gue­rrero reconocido para obtener una victoria para Él y convertirse en juez en Israel. Si bien Dios utiliza comúnmente «lo débil del mundo… para avergonzar a lo fuerte» (1 Cor. 1:27), Él es soberano y bien puede utilizar instrumentos probados para cumplir sus propósitos. En cualquier caso, ¡fue Jehová quien levantó un salvador para su pueblo!

El corto relato de los versículos 5 al 11 siguen un patrón que se repite una y otra vez, con algunas pequeñas variaciones, a lo largo del libro de los Jueces: Israel moraba en medio de los pueblos de la tierra; Israel se mezcla con ellos, dando sus hijos e hijas en matri­monio; Israel sirve a sus dioses; Israel hace lo malo a los ojos de Dios; Israel se olvida de Jehová su Dios; la ira de Dios se enciende contra ellos; Él permite que un rey pagano los oprima; Israel clama al Señor; Él levanta un libertador para ellos; el Espíritu de Jehová viene sobre él; este hombre los salva de sus enemigos; los juzga; va a la guerra; el Señor le da la victoria sobre el enemigo; la tierra descansa por algunos años; el juez muere.

Nuestra vida, ¿muestra los mismos patrones de comportamiento? Nosotros fallamos; Dios no; Él nos ama; nos disciplina, nos restaura. Este ciclo se repite.

Eugene P. Vedder, Jr.

arrow_upward Arriba