El Señor Está Cerca

Martes
4
Enero

Hazte un arca de madera de gofer.

(Génesis 6:14)

El arca de Noé

¿Cuál es la madera de gofer? No lo sabemos con claridad, pero Dios le dijo a Noé que usara esa madera específicamente, y él obe­deció (v. 22). Evidentemente, esta era lo suficientemente fuerte para hacer una gran embarcación, capaz de dar alojamiento a dos (y a veces siete) animales y aves de cada especie. Noé también pudo trabajarla: cortar, dar forma y unir las partes para formar el arca.

Dios instruyó a Noé a que cubriera el arca por dentro y por fuera con brea para impermeabilizarla. También le dio las dimensiones (v. 15): 300 codos de longitud, 50 codos de anchura y 30 codos de alto (138x23x14 metros app.) Esto convierte al arca en una de las embar­caciones de madera más grandes jamás construida y con las propor­ciones perfectas. Y para finalizar, tenía una ventana (un lugar de luz) en la parte superior (v. 16). La puerta lateral daba acceso a habitacio­nes en tres cubiertas. El arca fue diseñada divinamente para llevar a Noé y su familia durante el diluvio. Sin duda alguna, ellos simbolizan al remanente de Israel durante la tribulación, mientras que Enoc (Gén. 5:24) representa a la Iglesia, la cual será arrebatada de la tierra para ser guardada «de la hora de la prueba» (Apoc. 3:10). Sin embargo, el apóstol Pedro también aplica esta historia a las aguas del bautismo cristiano (1 Pe. 3:20-21). Al bautizarnos, reconocemos libremente que hemos escapado del juicio que merecíamos debido a que hemos creído en el Señor Jesús, cuya resurrección es prueba de la eficacia de su muerte por nosotros. Esto tiene un efecto práctico en nosotros, como el apóstol explica en los versículos siguientes.

El Señor Jesús es la verdadera arca. La madera habla de su for­taleza para salvar, la brea de la suficiencia de su obra expiatoria, las cubiertas y habitaciones de la abundancia de sus provisiones, la ventana del vinculo que Él nos da con el cielo, y la puerta abierta es para dar oportunidad a todos a que entren y reciban las bendiciones de Dios y sean salvos al obedecer por la fe (Juan 10:9; Rom. 1:5; He. 11:7). Todo esto mientras dure el día de la gracia y antes que la puerta sea cerrada por Dios (Gén. 7:16).

Simon Attwood

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