Vemos a Jesús, que fue hecho un poco menor que los ángeles a causa del padecimiento de la muerte, coronado de gloria y honra; para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todo.
(Hebreos 2:9 Trad. JND)
En Hebreos 1 y 2 se nos presentan muchas glorias del Señor Jesús. En el capítulo 1 lo vemos como el Hijo de Dios. En el capítulo 2 lo vemos como el Hijo del Hombre. ¿Y por qué el Hijo de Dios se hizo Hombre? En el capítulo 2 se nos muestran numerosas razones para ello, pero se nos menciona tres veces que fue para que pudiera sufrir. ¡Asombroso pensamiento!
En el versículo 9, Aquel que era infinitamente mayor que los ángeles como Dios el Hijo, el Creador, Sustentador y Heredero de todas las cosas (ver capítulo 1) se hizo Hombre y un poco menor que los ángeles a causa del sufrimiento de la muerte. Aquí lo que se nos presentan claramente son sus sufrimientos expiatorios. Por un hombre (Adán) el pecado entro en el mundo y por el pecado la muerte (Ro. 5:12). El primer hombre introdujo el pecado y la muerte en este mundo. En el orden de Dios, habría un Hombre (que, sin embargo, es Dios) que iba a tratar de forma efectiva con ambas cosas (el pecado y la muerte) para la gloria de Dios. Pero nadie en la raza adámica pudo hacerlo. Por cuanto todos pecaron y quedan cortos de la gloria de Dios, y merecen la muerte como paga por su pecado (Ro. 3:23; 6:23).
Se necesitaba un hombre santo y sin pecado. No hubo nadie entre los hijos de los hombres. Por lo tanto, el bendito Hijo de Dios se hizo Hombre, el segundo Hombre (pues todos los descendientes del primer hombre fueron solo una repetición de su fracaso), y el postrer Adán (pues no habrá necesidad de otro más). En los versículos 5 y 8 del capítulo 2, se nos dice que todas las cosas se someterán a Él. Cristo reinará en el mundo venidero. Sin embargo, primero era necesario que padeciera los sufrimientos de la muerte y gustase la muerte por todo. ¡Qué maravilloso mirar hacia atrás y ver aquella obra consumada, y ahora verlo coronado de gloria y honra!
Kevin Quartell