El Señor Está Cerca

Viernes
1
Octubre

Estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios … en la tierra de los caldeos.

(Ezequiel 1:1, 3)

Dios consuela a los suyos

Muchos habitantes de Judá habían sido llevados cautivos (entre ellos Ezequiel) a lo que pudo haber sido un tipo de campo de prisioneros junto al río Quebar. Además, todos los tesoros del templo habían sido saqueados y transportados a la lejana Babilonia. Dios permitió que esto sucediera porque el pueblo se había vuelto laxo en su devoción a Él y se había ido tras los ídolos.

Aquí vemos que, incluso en aquella época de sueños rotos y expectativas funestas, Dios conocía el sufrimiento de su pueblo y se reveló a su siervo fiel, Ezequiel, con el fin de animarlo y consolar al pueblo. Esto no significaba que sus tiempos de angustia habían llegado a su fin—el pueblo necesitaba esperar pacientemente en medio de la prueba, el Señor los libraría cuando fuera el momento oportuno.

Este mismo Dios fiel y amoroso que se reveló a Ezequiel a las orillas del río Quebar para consolar a su pueblo, también vendrá a nosotros con palabras de consuelo y aliento si nos encontramos en momentos de necesidad. El Señor conoce nuestra situación y va a actuar, pero hay lecciones de fe que solo podemos aprender cuando esperamos pacientemente en Él. Los cristianos podemos experimentar aflicciones que probarán nuestras mismas almas, sin embargo, se nos asegura que el Señor estará con nosotros en tales circunstancias (cf. Sal. 121:3). Sin embargo, estas palabras de con­suelo son para los hijos de Dios; pero no te alertes, si no eres hijo de Dios, hay buenas noticias para ti: “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn. 1:12). ¡Ven hoy a Jesús!

S. J. Faulkner

En mis angustias me ayuda Jesús, / Sobre mi alma derrama su luz;
Todos los días consuelo me da: / Cada momento conmigo Él está.

D. W. Whittle

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