El Señor Está Cerca

Jueves
30
Septiembre

[Jesús] vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos … Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.

(Mateo 14:14, 19)

Jesús en un monte (3)

¡Maravilloso Salvador! Aunque su pueblo lo había rechazado como Rey, Él cuidó de ellos compasivamente y de diversas maneras. Sanó a sus enfermos y luego les dio de comer. Primero mandó que se recostaran. A menudo nosotros también estamos muy apurados, pero el Señor quiere que estemos en una posición de descanso para comer y digerir adecuadamente (ver Sal. 23). Al mismo tiempo, el Señor dirigió su oración a Dios: Él, el Hombre dependiente, miró al cielo y bendijo a Dios. ¡Qué lección! Debemos confiar en Dios y poner todo ante Él por medio de la fe, ¡dándole toda la gloria!

La provisión de panes y peces representa más que la simple satis­facción de las necesidades físicas, aunque sabemos que el Señor se preocupa también de eso. En la Palabra, la acción de comer representa un proceso de formación. Primero, el apetito: deseamos Su comida. Luego, antes de poder tomarlo, Él parte los panes; qui­zás esto implica la entrega de sí mismo. El Señor toma una cantidad de lo que está disponible en la Escritura y lo «parte» conforme a nuestra medida, para que así lo podamos digerir. Los cinco panes pueden representar lo que el hombre puede hacer en su respon­sabilidad, mientras que los dos peces pueden ilustrar aquello que solamente Dios puede hacer, preparando los peces y llevándolos a la red. Solamente Él puede hacer eso, pero aquí vemos como el Señor involucra en esto a sus discípulos.

El cristiano es un seguidor de Cristo. Representa al Rey, el cual ha sido rechazado por los hombres. Cristo quiere que se involucre para el beneficio de otros. Luego de haber enviado a sus discípulos a la otra ribera, y despedido a la multitud, el Señor permaneció en este monte para orar por ellos (v. 23).

Alfred E. Bouter

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