Miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado.
Vivimos días en que el uso de superlativos es común para tratar de describir cosas en cada aspecto de la vida. En el mundo deportivo o del entretenimiento, hablamos de superestrellas; en el ámbito político, militar y económico, oímos de países que son superpotencias; incluso en el mundo religioso, muchos hablan de mega-iglesias. Sin embargo, es muy instructivo e interesante contrastar nuestros puntos de vista con la perspectiva de Dios. Él no se deja impresionar por lo «grande» o con lo «super», sino que se deleita en obrar a través de lo “pequeño” y lo “débil, “a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Co. 1:29).
Qué asombroso que en Apocalipsis el Señor Jesús se nos presenta como el Cordero, incluso como un Cordero “inmolado”. Además, debemos resaltar que Juan utiliza una palabra especial para referirse al Cordero en este libro. La palabra griega que generalmente se utiliza en el Nuevo Testamento para “cordero” es aren, pero Juan aquí utiliza arnion, que es una palabra diminutiva. Una traducción adecuada sería «pequeño cordero». Esta palabra es utilizada 28 veces en Apocalipsis para referirse a Cristo (4 x 7: cuatro es el número de la universalidad y siete es el número de la plenitud divina). Obviamente, este número es muy significativo aquí.
Sí, Él es el Pequeño Cordero que será por sobre todo y gobernará todas las cosas. Está escrito de Cristo que “aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios” (2 Co. 13:4). La crucifixión pareció ser una derrota y una expresión de debilidad, pero “lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Co. 1:25). Amigos cristianos, no se desanimen cuando las cosas de Dios parecen ser pequeñas o débiles, ¡pues Él dará la victoria! El «pequeño Cordero» está en el trono de Dios, ¡y todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra, serán puestas bajo su dominio!
Brian Reynolds