El Señor Está Cerca

Lunes
2
Agosto

Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

(Cantar de los Cantares 5:1)

El Señor Jesús y su huerto

El Señor Jesús encuentra frutos variados y de todo tipo en las asam­bleas de su pueblo. Sin embargo, su pleno placer y comunión lo encuentra solo en aquello que es del Espíritu. “He recogido … he comido … he bebido”. Él participa de toda la variedad. No desprecia ningún fruto. En el discípulo más avanzado puede encontrar aque­llo que caracteriza la fuerza y el vigor del vino, mientras que en un recién nacido puede hallar la simplicidad de la leche. Oh, alma mía, ¿qué tienes para tu Señor? ¿Qué puede recoger de ti, ya sea para alimento como para bebida? ¿Qué es más dulce que la humildad? ¿Qué es más honroso al Señor que una completa dependencia en Él? ¿Qué es más precioso a su corazón que un deseo diario y cre­ciente por la gloria de Dios?

En el día de la gloria del Señor Jesús, todos los suyos entraremos en su gozo—la Iglesia en el cielo e Israel en la tierra. Subraya esto y medítalo. Mira hacia adelante a un día alegre, cuando Aquel que ha estado ausente por tanto tiempo volverá y dirá a los oídos de su pueblo expectante: “Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía”. Entonces se cumplirán las promesas hechas a los padres. Jehová, Cristo, y sus santos glorificados en los cielos, e Israel restaurado en la tierra, junto con las naciones, todos estarán relacionados en una única y gloriosa cadena de bendiciones.

¡Qué circulo de gloria! ¡Qué círculo de amigos! ¡Qué fiesta de amor! ¡Y qué gozosa bienvenida del corazón de aquel que es Señor de todo! ¡“Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados”! “Se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sof. 3:17).

A. Miller

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