El Señor Está Cerca

Lunes
26
Julio

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

(Jeremías 33:3)

La respuesta de Dios a los que claman a Él

Consideremos juntos los tres puntos mencionados aquí:

1. “Clama a mí”. Aquí hallamos la invitación de gracia del Señor hacia su pueblo, quien les dice que clamen a Él en medio de toda su angustia, dificultad y necesidad. ¿Sentimos nuestra falta de recur­sos, ya sea de sabiduría, fuerza o cualquier otra cosa? Él desea ser nuestro único recurso. ¿Cuántos creyentes miran dentro de sí mis­mos, o a otros hermanos, o (tristemente) al mundo, en búsqueda de los recursos que necesitan? Pero el Señor nos hace esta invitación de gracia: ¡clamemos a Él! En el contexto de Jeremías, leemos la descripción del “tiempo de angustia para Jacob”, un tiempo de pro­blemas sin precedentes en la historia del pueblo terrenal de Dios. Sin embargo, Él siempre será suficiente para sus necesidades y, por su gracia, ¡también lo es para nosotros hoy en día!

2. “Y yo te responderé”. Si tratáramos de comunicarnos con algunos de los hombres más importantes de la actualidad, ¿nos responderían? Claramente no recibiríamos una respuesta personal. Sin embargo, el Dios del universo, a quien, como creyentes, tenemos el privilegio de dirigirnos como Padre, ¡nos dice que nos responderá! Esto no signi­fica que, necesariamente, recibiremos lo que pidamos. Santiago 4:3 nos dice que podemos pedir mal. Aquel que conoce nuestras necesi­dades mejor que nosotros, nos dice que responderá, quizás con un sí, con un no, o con un «espera». Pero, sin duda, responderá.

3. “Y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Cuando somos conscientes de nuestra necesidad y se la damos a conocer a nuestro Padre amoroso, por lo general buscamos cuál es la respuesta a esa necesidad. Sin embargo, Él nos dice que sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos. Él no solo desea suplir nuestras necesidades, también quiere revelarnos más de sí mismo, más de su corazón, y más de sus benditos propósitos.

¡Que aprendamos más de la suficiencia de sus recursos y, como consecuencia, más de sí mismo!

Kevin Quartell

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