El Señor Está Cerca

Miércoles
30
Junio

Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo.

(1 Corintios 12:13)

Congregarse al nombre de Cristo

En la Palabra leemos que los creyentes son miembros de Cristo, miembros de su cuerpo, y miembros los unos de los otros. Esta es la única membresía mencionada en la Biblia. ¿Por qué habríamos de buscar otra? ¿No es suficiente? La Iglesia no es una asociación voluntaria donde las personas pueden entrar o salir si así lo quie­ren, como es en el caso de las sectas. “El Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hch. 2:47). “Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo”. El Señor pone a los miembros en el cuerpo por medio del Espíritu Santo. Son puestos allí por poder divino, y así es como, divinamente, Él organiza a la Iglesia de Dios. No necesitamos a nadie más. La Iglesia existe por la poderosa operación de Dios por medio del Espíritu, y como el fruto de la redención; y los creyentes simplemente confiesan aquella membresía reuniéndose conforme a la Palabra de Dios.

Recordemos que la Iglesia existe como un organismo divino, y nuestras mentes obtendrán descanso de todos aquellos pensamien­tos que hablan de unirse a tal o cual organización. Sin embargo, ¿no hay responsabilidad? Claro que la hay. Como miembros de Cristo, puestos en la Iglesia por Dios mismo, nuestra responsabilidad es seguir las instrucciones dadas en la Palabra de Dios. Por ejemplo, leemos: “no dejando de congregarnos” (He. 10:25).

Ahora bien, si los creyentes se reúnen (no como miembros de una denominación particular, sino simplemente como creyentes, como miembros de Cristo) y se exhortan unos a otros, lo hacen en simple obediencia a la Palabra de Dios. No se trata de organizar una igle­sia, ni existe ninguna necesidad de hacer algo por el estilo. Solo se necesita obediencia. Cristo dice: “Porque donde están dos o tres con­gregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:20). Por lo tanto, congregarse es la responsabilidad de los creyentes, y cuando lo hacen, Él está en medio, para ser reconocido como Cabeza y Señor, y para dar su aprobación a lo que se hace en su nombre.

A. H. Rule

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