El Señor Está Cerca

Martes
29
Junio

Hay un varón … mas yo le aborrezco.

(1 Reyes 22:8)

Todavía le quedaba uno, un hijo amado; y les envió a este último.

(Marcos 12:6 LBLA)

Micaías, hijo de Imla, figura del Señor Jesús

El capítulo 22 de 1 Reyes es extraordinario. Allí vemos a un rey pia­doso, Josafat, asociándose erróneamente con un rey muy perverso, Acab. Vemos cómo el cielo se nos abre y se nos permite ver la forma en que Dios, en su soberanía, utilizó un espíritu de mentira para llevar a Acab a su destrucción. Pero también vemos a un hombre en la tierra capaz de hablar por Jehová en el cielo.

Meditemos un momento en este último punto, y veamos si pode­mos ver en esto una figura de nuestro Señor Jesús.

Primero que todo vemos que este varón era aborrecido por sus palabras. Esto nos hace recordar lo que leemos en Lucas 4:16-30 acerca del Señor Jesús en la sinagoga en Nazaret. Las personas se asombraban de las palabras de gracia que salían de su boca. Sin embargo, cuando comenzó a explicar que la gracia de Dios no podía limitarse solo a Israel, ellos se llenaron de ira y quisieron matarlo. “me han odiado a mí y también a mi Padre" (Jn. 15:24 LBLA).

En segundo lugar, vemos que su palabra tenía autoridad. Incluso el impío Acab reconocía que él hablaba en el nombre de Jehová. Cuando el Señor Jesús habló en Capernaum, leemos que las per­sonas “se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mr. 1:22).

En tercer lugar, vemos en 1 Reyes que este varón sufrió por causa de la Palabra de Dios. En el caso de nuestro bendito Señor Jesús, quien era la verdad misma (Jn. 14:6), y que dio testimonio de la verdad (Jn. 18:37), le significó ir a la muerte. Sin embargo, sabemos que sus sufrimientos no fueron simplemente los de un mártir, sino que padeció por nuestro bien, para que quienes éramos aborreci­bles y odiosos (Tit. 3:3), escuchando al padre de mentiras (Jn. 8:44), pudiésemos ser libres por la verdad.

¡Demos gracias a Aquel de quien se pudo decir: “Hay aun un varón”, quien pudo glorificar a Dios y librarnos del pecado!

Kevin Quartell

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