Mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
¡Dios dispondrá del siglo venidero para manifestar plenamente este poderoso reino! “Reinarán por los siglos de los siglos” es la descripción que Dios da de los creyentes de la Nueva Jerusalén (Ap. 22:5). Sin embargo, este reino ya ha comenzado en esta vida; ¡pues Cristo es el poderoso Vencedor! Satanás quiere impedir que escuchemos esta noticia: ya hemos recibido “la abundancia de la gracia”; ya hemos recibido “el don de la justicia” en Cristo; y que reinamos en vida, ahora y por los siglos, por uno solo: Jesucristo.
Que Dios nos despierte con respecto a estos hechos, porque Satanás está mortalmente celoso de la Iglesia de Dios, la cual ya está en los lugares celestiales, desde donde el diablo pronto será lanzado fuera (cf. Ap. 12:9). Él sabe que la Iglesia compartirá el trono de Cristo y que pronto reinará con Él con gloria inefable. Es por eso que quiere cegarnos, si es que puede, para que no veamos nuestra posición actual: el poder real de la vida en Cristo. Estamos seguros que, cuando el Señor venga, muchos cristianos se lamentarán profundamente por haber tenido una vida en la tierra marcada por la duda, la derrota y el desánimo, en lugar de haber disfrutado la reinante y victoriosa vida en Cristo.
Dios no tiene favoritos. Cada uno que está en Cristo posee a un Cristo completo. Las exhortaciones de las epístolas están dirigidas a todos por igual. David Livingstone, cuando joven, escribió en su diario: «Me he dado cuenta que no poseo habilidades intelectuales especiales, pero hoy he decidido que seré un cristiano fuera de lo común». Rechacemos contentarnos con una existencia cristiana que, al final, no sea resumida como: «Reinó en vida por medio de Jesucristo». Recordemos a los cristianos más humildes que conocemos, cuya existencia es descrita con la gloriosa frase de Pablo: «reinan en vida por medio de nuestro Señor Jesucristo».
W. R. Newell