El Señor Está Cerca

Miércoles
9
Junio

Como el cinturón se adhiere a la cintura del hombre, así hice adherirse a mí a toda la casa de Israel … a fin de que fueran para mí por pueblo, por renombre, por alabanza y por gloria, pero no escucharon.

(Jeremías 13:11 LBLA)

Estar adheridos al Señor

En este capítulo, el Señor le dijo a Jeremías que se pusiera un cintu­rón de lino (el cual se ceñía sobre la túnica). Luego, él debía sacár­selo y esconderlo en una peña cerca del Éufrates. Después de un tiempo, Jeremías fue a buscar el cinturón, pero lo encontró podrido y ya no era bueno para ninguna cosa. El Señor utilizó esta vivencia para ilustrar lo que le había sucedido a su pueblo Israel. Él había hecho que su pueblo se adhiriera a Él como un cinturón se adhiere a los lomos del hombre. Desde que los sacó de Egipto hasta aquel día, Dios los había cuidado con fidelidad. Su deseo era que fueran un pueblo para su alabanza y gloria.

Por desgracia, el Señor tuvo que decir que ellos no quisieron escu­char su voz, sino que, en lugar de eso, anduvieron en las imagina­ciones de su corazón e incluso “en pos de dioses ajenos para servir­les” (v. 10). El resultado es que se habían convertido en un cinturón podrido, incapaz de ser utilizado para el propósito que fue diseñado.

En Hechos 11:23, Bernabé exhortó a los nuevos creyentes en Antioquía a que, con propósito de corazón, “permaneciesen adhe­ridos al Señor” (Hch. 11:23 VM). El Señor sigue deseando que los suyos, hoy en día la Iglesia, se adhieran a Él, para que seamos para su alabanza y gloria. ¿Qué significa adherirse a Él? Es escuchar y obedecer su voz por medio de su Palabra; andar en el Espíritu (Gá. 5:16), estar ocupados con Cristo, y no seguir las imaginaciones de nuestros propios corazones; y guardarnos de los ídolos, es decir, cualquier cosa que reemplace a Cristo en nuestros corazones (1 Jn. 5:21).

La cristiandad ha seguido ampliamente el ejemplo de Israel, con­virtiéndose de igual manera en un cinturón podrido. Que el Señor nos conceda la gracia de adherirnos a Él con propósito de corazón, para que así seamos para su alabanza y gloria hasta que Él venga.

Kevin Quartell

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