¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia.
Los hermanos de José no solamente manifestaron odio hacia él, también leemos que le tuvieron envidia por sus sueños (v. 11). Ellos no soportaron lo que José dijo acerca de su futura gloria. En esto, José es un asombroso tipo de Cristo. Cuando el pueblo escuchaba atentamente a Jesús, reconociendo que hablaba con autoridad, los líderes religiosos le tuvieron envidia. De hecho, esta envidia se convirtió en algo muy evidente, pues incluso Pilato, siendo romano, ¡se dio cuenta que lo habían entregado por envidia (Mt. 27:18)!
En realidad, José le contó a su familia dos sueños que había tenido. En el primero, los manojos de sus hermanos se postraban ante su manojo (v. 7). En el segundo sueño, el sol, la luna y once estrellas (que simbolizaban a su padre, madre y hermanos) se postraban ante José (v. 9). Sus hermanos comprendieron rápidamente el significado de estos sueños: José sería enaltecido y, finalmente, ellos se tendrían que postrar ante él. Ellos no pudieron tolerar este pensamiento y respondieron: “¿Reinarás tú sobre nosotros?” Más adelante en Génesis, vemos un cumplimiento de esto, pues sus hermanos se tuvieron que postrar delante de él (Gn. 42:6; 43:26)
De forma similar a José, Cristo, puesto en pie delante del concilio, dijo que llegaría un día cuando ellos verían “al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios”. Al oír esto, los líderes del pueblo pronunciaron la pena de muerte contra él (Mt. 26:64-66). Sin embargo, toda rodilla se doblará, dando cumplimiento, de una forma más profunda, ¡a los sueños proféticos de José! Alguien ha dicho: «la verdad y el tiempo van de la mano»; ¡y así será! Todas estas cosas se cumplirán en los tiempos de Dios, aun cuando los judíos hayan dicho: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lc. 19:14).
Brian Reynolds