Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó … Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
(Lucas 15:20, 22)
Anteriormente dijimos que, en Lucas 15, había tres tipos diferentes de corazón. Hemos visto el corazón arrepentido del hijo. Ahora queremos considerar el corazón perdonador del padre. En esta historia, el padre representa el corazón perdonador de Dios en respuesta a un arrepentimiento genuino.
El padre jamás dejó de esperar que su hijo se arrepintiera, volviera a la casa, y se restaurara la relación entre ellos. Él perseveró en su espera, deseando ardientemente el día en que al fin vería la silueta de su hijo aparecer en el horizonte. Él deseó profundamente la restauración de su hijo, y ese deseo jamás se extinguió en su corazón. El padre estaba dispuesto incluso a rebajarse a sí mismo y no cumplir con las costumbres y mandatos culturales de aquellos tiempos, los cuales demandaban que su hijo debía volver arrastrándose en el polvo. En lugar de eso, en un acto espontaneo, alegre y lleno de amor, él corrió para abrazar a su hijo. Para el hijo, el perdón le fue concedido con alegría, pues el padre percibió su arrepentimiento de corazón, y lo restauró a su posición de hijo (v. 22).
El padre organizó entonces un banquete para celebrar el regreso de su hijo. Aunque este había estado yendo hacia una dirección contraria a la de la relación con su padre, lo cual ciertamente interrumpió su comunión, para su padre ahora estaba vivo y reconciliado (vv. 23-24). Esta es una hermosa imagen del corazón perdonador de Dios. Fue Dios quien buscó primero al hombre (Gn. 3:8, 9). Y ahora, en la Persona de su Hijo, Él continúa buscando a los perdidos (Lc. 19:10). Dios es un Dios de amor que espera el regreso de quienes están lejos de Él. Él está esperando, ¿vendrás ahora a Él?
Tim Hadley Sr.