El Señor Está Cerca

Sábado
22
Mayo

Yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno ... os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

(Hechos 20:29-32)

Pasando el testimonio (8)

Podemos estar seguros de que no era el plan de Dios, ni el deseo del apóstol Pablo, pasarles el testimonio a lobos rapaces o a líderes cristianos egoístas. Con tristeza, Pablo les dijo estas palabras a los ancianos de la asamblea en Éfeso, hombres a los que conocía muy bien y entre los cuales había trabajado por tres años — la estadía más extensa en un lugar según leemos en el curso de su ministerio. Sin embargo, pronto iba a comenzar una terrible decadencia entre los efesios. ¿Hemos de sorprendernos si una decadencia similar existe en la práctica entre las iglesias locales alrededor del mundo?

Este fracaso se debe a la falta de vigilancia entre los conductores que Dios ha dado en la Iglesia. Los lobos rapaces se iban a intro­ducir entre el pueblo de Dios. Los lobos no son ovejas. En realidad, son todo lo contrario, pues atacan a las ovejas y causan estragos entre el rebaño. Estos lobos representan a hombres muy perspica­ces e inconversos que se introducen entre los creyentes, tomando un lugar de liderazgo, y causando muchísimo daño.

Esto sucede frecuentemente hoy en día. ¡Demos gracias a Dios por cada líder piadoso entre su pueblo! Sin embargo, no toda per­sona que ocupa un lugar de liderazgo dentro de la profesión cris­tiana es necesariamente salvo. Muchos ven el ministerio como algo respetable, y a veces como una profesión lucrativa. En la cristiandad lo usual es que, para entrar en el ministerio, se debe completar un curso o seminario y ser ordenado por un cuerpo religioso. Ellos no han recibido necesariamente el llamado de Dios y la preparación adecuada en la escuela de Dios.

Eugene P. Vedder, Jr.

arrow_upward Arriba