Amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.
(Colosenses 1:17 JND)
Esta es la primera aparición pública que vemos de José, aunque anteriormente leemos acerca de su nacimiento, y también un breve vistazo a su niñez (Gn. 30:24; 33:2). ¡Qué semejanza con el Señor Jesús en lo que respecta a Su nacimiento, y la breve mención de él a sus 12 años (Lc. 2:41-52)! Y al comienzo de su ministerio, durante su bautismo, oímos a su Padre decir: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 3:17). La “túnica de diversos colores” que José recibió, daba testimonio público de que él era especial entre los hijos de Jacob. Este amor único que Israel tenía por él, resultó ser un motivo de envidia y enemistad de parte de sus hermanos.
La túnica de diversos colores distinguía a José como el primogénito. Sin embargo, en el orden correcto de su nacimiento, él era el hijo onceavo. Pero Rubén, el primogénito en orden de nacimiento, se había comportado de forma inmoral y corrupta, lo cual le quitó los derechos de primogenitura. A causa de esto, estos derechos pasaron a José (1 Cr. 5:-12). La túnica de diversos colores lo señalaban como el heredero, y también como administrador de la herencia familiar.
¡Quedamos maravillados al considerar a José como tipo del Señor Jesús! Nos ayuda a entender la doctrina de que Él es “el Primogénito de toda creación” (Col. 1:15-17). Él es el Creador y es antes que todas las cosas, por lo tanto, al venir a su propia creación, Él tiene toda la preeminencia. “Primogénito” es una expresión que no hace referencia al tiempo, sino a la posición y a la dignidad. ¡Los hombres se han corrompido y han perdido su lugar delante de Dios! Cuando vino a su creación, Cristo tomó la preeminencia, pues Él es una Persona divina y “el Hijo de su amor” (Col. 1:13 VM).
Brian Reynolds