El Señor Está Cerca

Viernes
23
Abril

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

(Apocalipsis 3:15-16)

Los mensajes a las siete iglesias (7) — Laodicea

En el mensaje a Laodicea vemos con solemnidad hasta donde ha llegado el fracaso de la Iglesia responsable. Se ha abusado de la gracia vivificadora del Señor y no se ha prestado atención a sus advertencias. Sin embargo, en medio de todo el fracaso, el Señor sigue siendo el recurso inmutable de su pueblo, e incluso en el día más oscuro, siempre habrá una bendición especial para cada cre­yente en particular.

El Señor se presenta como un contraste asombroso ante la gran profesión cristiana, la cual no ha sido fiel a Dios ni ha sido un verda­dero testimonio ante los hombres. Él es “el Amén”, aquel por el cual todo propósito de Dios se cumplirá; “el Testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios”.

El fracaso que comenzó con la pérdida del primer amor finaliza en una completa indiferencia hacia Cristo. La Iglesia permanece inmó­vil, aun cuando Cristo está fuera de la puerta (v. 20), y se muestra sorda ante todos los llamados que Él realiza para ganar su corazón. La gran masa profesante utiliza la verdad que la gracia les devolvió para exaltarse a sí mismos y vanagloriarse de sus riquezas; su vani­dad los enceguece, no permitiéndoles ver su condición. No se dan cuenta que a los ojos del Señor son espiritualmente desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. Su condición es nausea­bunda, y el único fin posible es que Él rechace por completo a la profesión cristiana.

Sin embargo, en medio de estos días oscuros, aquellas almas fie­les, a las que el Señor ama, se manifestarán a través de sus repren­siones y castigos, los cuales utilizará para atraerlos a sí mismo. Con paciencia, el Señor llama a la puerta, buscando un lugar en sus corazones. Cuando alguien abre la puerta de su corazón, el Señor le dice: “entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. ¡Cristo entrará en todos nuestros ejercicios y pruebas!

Hamilton Smith

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