El Señor Está Cerca

Miércoles
21
Abril

Y [Elías] deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres…sólo yo he que­dado, y me buscan para quitarme la vida. Y le dijo Jehová: …a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea pro­feta en tu lugar.

(1 Reyes 19:4, 14-16)

Pasando el testimonio (5)

Por muchos años, Elías había seguido las directivas del Señor para su vida y ministerio, y había obtenido tremendas victorias, recibiendo la vindicación pública de parte del Señor por lo que había hecho. Pero luego, cuando fue amenazado por la reina Jezabel, corrió por su vida hacia el monte Horeb y, en el camino, le pidió al Señor que le quitara la vida. En lugar de eso, el Señor envió un ángel para alimentarlo y fortalecerlo.

Sin embargo, Elías oró contra Israel (Ro. 11:2), enfocándose en su propia fidelidad y presentando, de forma efectiva, su renuncia. Y el Señor la aceptó, quizás para sorpresa suya, diciéndole que, a su regreso a Israel, ungiera a Eliseo como su sucesor, un joven agri­cultor muy ocupado y trabajador. Sin embargo, en su gracia, Dios continuó utilizando a Elías por muchos años más después de este incidente. Durante este periodo, Eliseo se convirtió en su compa­ñero fiel, sirviéndolo y animándolo con gran fidelidad (2 R. 3:11), ¡hasta que Dios lo llevó al cielo sin morir!

Esta es la única vez en la Escritura que leemos de un siervo de Dios siendo designado como sucesor de otro. En gracia, Dios puede tener a bien el utilizarnos para su servicio, ¡pero Él jamás depende de nosotros! Al estudiar la vida de estos dos grandes varones de Dios, Elías y Eliseo, es interesante ver que son casi completamente opuestos en sus personalidades y formas de actuar. A diferencia de Elías, Eliseo era una persona sociable y un líder, frecuentemente interactuando con los demás. Nuestra tendencia natural es pasarle el testigo a alguien parecido a nosotros, o tratar de moldearlo para que actúe, tanto como sea posible, como nosotros. Sin embargo, los pensamientos de Dios son más altos que nuestros pensamientos, y Él es soberano para escoger a sus siervos.

Eugene P. Vedder, Jr.

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