El Señor Está Cerca

Lunes
1
Marzo

Levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra…Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos.

(Ezequiel 34:29-30)

Las plantas y el Señor Jesús

Las plantas son reconocidas por su fruto. Cristo fue la vid escogida cuyo fruto alegró a Dios y a los hombres (Jue. 9:13). También es el trigo que creció en el campo de Dios para hacer el pan que sustenta el corazón del hombre (Sal. 104:15). La higuera era reconocida por su dulzura y la palmera por sus deliciosos dátiles. El cedro del Líbano era reconocido por su majestuosidad. Incluso el hisopo que crecía por la pared tenía su reconocimiento, pues era un instrumento en las manos del sacerdote para rociar la sangre sobre el leproso y limpiarlo (Lv. 14:6-7).

Todo el fruto que alguna vez creció, así como todas las hierbas para el servicio de los hombres, deben estar unidas en un solo volu­men para presentar la gloria y gracia de Cristo. Él es Aquel que fue resucitado por nosotros, así como por Israel, para ser la Planta de Renombre de Dios.

Por lo general, las plantas son reconocidas por su fragancia. El árbol de mirra, el áloe y el árbol de la casia producían aquellas espe­cias que exhalaban los fragantes vestidos del Mesías en los pala­cios de marfil. “Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te recrean” (Sal. 45:8).

Nuestro Señor fue reconocido por su fragancia en este mundo, mientras que mi boca era un sepulcro abierto y mi lengua llena de engaño. Su boca era la más dulce, y sus labios destilaban la fra­gante mirra justo en donde cada imaginación de los pensamientos de nuestros corazones era hacia lo malo (Gn. 6:5). Nuestro Señor hizo las obras más preciosas de la forma más bella. ¡Él es todo codiciable!

“Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros. Su pala­dar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo” (Cnt. 5:15-16).

L. Sheldrake

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