El Señor Está Cerca

Viernes
26
Febrero

Felipe...les predicaba a Cristo.

(Hechos 8:5)

Felipe el evangelista

Cada vez que pienso en Felipe, hay una palabra que viene a mi mente: disponible. Felipe era uno de esos cristianos tan difíciles de encontrar, los cuales dicen: «Esta es mi vida, Señor. ¡Está a tu dis­posición! Úsala de la forma que quieras». El libro de los Hechos relata tres formas en las que Felipe estuvo disponible para ser utili­zado por el Señor.

Disponible para servir: Vemos a Felipe por primera vez en Hechos 6, justo cuando surgió un grave problema en la asamblea en Jerusalén. Muchos de nosotros utilizamos los problemas de la asamblea como excusa para no participar más activamente en el servicio. ¡Felipe no! Él estaba disponible para el Señor y para los hermanos como parte de la solución. Debido a que Dios lo utilizó a él y a otros más para solucionar el problema, “la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén” (Hch. 6:7 LBLA).

Disponible para predicar: A decir verdad, Felipe tenía una buena razón para no predicar. La persecución contra los cristianos era intensa, lo que hizo que los creyentes se esparcieran por diversos lugares. De hecho, su compañero Esteban acababa de ser martiri­zado por predicar la Palabra. Parecía un buen momento para ser «un testigo silencioso». Pero Felipe fue a Samaria y les predicó a Cristo.

Disponible para moverse: Las cosas anduvieron bien en Sama­ria. “Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía… así que había gran gozo en aquella ciudad” (Hch. 8:6, 8). Si Felipe hubiese sido como yo, habría dicho: «Me voy a quedar aquí un buen rato en medio de todo este gozo y gran bendición». Pero el Señor le dijo que fuera al desierto, y Felipe fue. Él ni siquiera preguntó: «¿Por qué al desierto?» Dios quería que el etíope eunuco escuchara el evangelio. Y Felipe estaba disponible para esa tarea.

“Estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Co. 15:58).

G. W. Steidl

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