¿Hallaste miel? Come lo que te basta, No sea que hastiado de ella la vomites.
En este versículo, ¿Salomón trató simplemente de ensalzar las virtudes de la moderación y las consecuencias de la sobre gratificación? Sin duda que la virtud de ser moderados es un punto importante y debemos prestar atención a tal exhortación. Sin embargo, cuando consideramos cómo la “miel” es vista en la Biblia, podremos encontrar la clave para entender la instrucción espiritual de este sabio rey.
Estaba estrictamente prohibido añadir miel a los sacrificios: “de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová” (Lv. 2:11). Esto se resalta especialmente en relación con la ofrenda vegetal, la cual tipifica la santa humanidad de Cristo. La miel representa aquello que por naturaleza es dulce y atractivo. Expresa el hecho de que, en su ministerio, el Señor jamás estuvo bajo la influencia de las relaciones naturales. Él pudo decir: “¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?” Sin embargo, debemos ser cuidadosos en este punto, pues las Escrituras defienden fuertemente las relaciones naturales de la vida, como la que existe entre un esposo y su esposa, o entre los padres y los hijos. Esto debe ser sostenido con total firmeza, pero esto no debe controlar nuestro servicio, tal como lo vemos ejemplificado en el ministerio de nuestro Señor.
El legalismo es capaz de poner a un lado las relaciones naturales (“prohibirán casarse”, etc…) Un ejemplo perfecto de esto lo vemos cuando el rey Saúl les mandó a los Israelitas que no comiencen comida durante el curso de una batalla (1 S. 14:24-30). Sin embargo, Jonatán estaba hambriento y mojó la punta de su vara en la miel que se hallaba en el piso, lo cual abrió sus ojos. Dios nos ha dado muchas cosas naturales en la vida para que las disfrutemos, cosas que no son pecaminosas en sí mismas, pero que jamás deben ser nuestro fin ni influenciar indebidamente nuestra vida espiritual. Podemos “mojar” nuestra vara y llevar un poco de esta miel a nuestras bocas, pero sin excesos, no sea que nos hastíe. Podemos disfrutar las cosas dulces de la vida, teniendo en cuenta que estas pasarán.
Brian Reynolds
