El Señor Está Cerca

Sábado
30
Enero

He visto un límite a toda perfección; tu mandamiento es suma­mente amplio.

(Salmos 119:96 LBLA)

Su Palabra es sumamente amplia

El salmista no podía encontrar perfección en ningún lugar, y aunque la encontrara, esta tenía un límite y, por lo tanto, también un final. Esta observación es un verdadero reflejo del mundo y del corazón del hombre. ¿Dónde se puede encontrar perfección en un mundo caído?

En el mundo científico, la segunda ley de la termodinámica expresa que todo tiende a perder energía y a decaer con el tiempo; cualquier sistema se deteriorará con el tiempo. Esta ley científica corrobora (quizás involuntariamente) con exactitud lo que está escrito en la Palabra de Dios. En el principio Dios creó todo y fue “bueno en gran manera” (Gn. 1:31). Pero, al escuchar la voz de Satanás, el hom­bre propició su propia caída; el pecado y la muerte entraron en el mundo. Esto no solo afectó al hombre, sino a toda la creación. El mundo y sus criaturas comenzaron a sufrir decaimiento, muerte y descomposición. El apóstol, bajo la inspiración del Espíritu Santo, escribió: “La creación fue sujetada a vanidad…porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Ro. 8:20, 22). Robert Frost logró captar esta triste realidad en su poema titulado «Nada dorado»:

De la naturaleza el primer verde es oro, / su matiz más difícil de asir;
su más temprana hoja es flor, / pero por una hora tan sólo.
Luego la hoja en hoja queda. / Así se abate el Edén de tristeza, /
así se sume en el día el amanecer / Nada dorado puede permanecer.

Sin embargo, el mandamiento de Dios es sumamente amplio. Tan pronto como el pecado entró en el mundo, también se reveló que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Cristo iba a deshacer las obras del diablo (Gn. 3:15; 1 Jn. 3:8). Es por esto que la creación “será libertada de la esclavitud de corrupción, a la liber­tad gloriosa”. Y aquí es donde nos encontramos con lo asombroso: “nosotros mismos…[seremos] hechos conformes a la imagen de su Hijo”. ¡Ciertamente su “mandamiento es sumamente amplio”!

Brian Reynolds

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