Inédito Nuevo

Las buenas obras en Tito

Tito 2:11; 3:15


person Autor: John Nelson DARBY 99

flag Tema: Las obras


1 - La verdadera fuente de las buenas obras

La fuente de donde brotan las buenas obras (2:14; 3:8) es el conocimiento de la gracia, la recepción del testimonio dado a la gracia. Al entregar mi corazón a Cristo, la devoción se convierte en mi gozo; responde al deseo de mi alma. Desde el momento en que Aquel a quien amo se presenta de manera viva en mi corazón, me siento impulsado a hacer lo que le agrada.

2 - El peligro de la mundanidad

Hay mucha mundanidad en el cristianismo de estos días; por eso se vive en paz con el mundo. Los cristianos se muestran satisfechos con el mundo y este los deja en paz. Satanás persuade a los hijos de Dios para que no carguen con la cruz. La cruz sigue siendo la cruz; no es agradable de llevar y siempre será un escándalo para el mundo.

3 - ¿Cómo actúan progresivamente el mundo y el diablo para corromper?

El medio de impulsar a los cristianos a las buenas obras es presentarles la gracia de Dios. Al comienzo de un despertar, todo es amor; esto repele inmediatamente al mundo. Considera locos u obsesionados a aquellos que no tienen otra preocupación que Cristo y que dicen que el mundo ya no vale nada. Más adelante, las circunstancias cambian: el mundo ha visto que no ganará nada con su oposición, ya que no puede impedir que el testimonio de los cristianos llegue a la conciencia. Es entonces cuando busca corromper lo que no puede destruir. Bajo su influencia, encontramos personas que se llevan bien con los que profesan el cristianismo, sin haber hecho de Cristo su todo. ¿Qué ocurre? Que el cristianismo se debilita, que el hombre cobra importancia, que se habla más de los cristianos que de Cristo. Llegados a este punto, y con el fin de devolver la vida a las almas, se empieza a predicar las buenas obras. Pero eso no sirve de nada, porque lo que se debilita en las almas son los motivos para hacer el bien.

4 - El remedio para la relajación espiritual

Para remediar el debilitamiento espiritual, es necesario ante todo que Cristo mismo esté presente en nuestras almas, que sea nuestra idea fija. Entonces recuperamos un discernimiento completamente nuevo, los casos que hasta entonces eran dudosos se aclaran; el discernimiento surge de los motivos que actúan en nuestros corazones. Lo que no nos gusta, no nos atrae. Cristo debe ser habitualmente para nosotros el medio de juzgar todas las cosas.

«Dios… nos salvó, no a causa de las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho». Ahí es donde comienzan todos nuestros motivos para agradar a Dios; no tenemos otros, sino el conocimiento de su amor, que nos ha salvado «según su misericordia» (vean Tito 3:4-5).

5 - Qué es la regeneración

Antiguamente, cuando un pagano o un judío era bautizado, dejaba de ser considerado judío o pagano, pero era considerado cristiano y poseía todos los privilegios. El «lavamiento de la regeneración» transportaba al reino de Cristo. Hoy en día, que todo el mundo se llama cristiano y todos son aceptados como tales, hay que preguntarse primero si realmente lo son. Al principio no era así. El bautismo o lavado de la regeneración es la purificación por medio de la regeneración, sin duda también una nueva vida comunicada, pero en realidad el traslado al reino de Cristo con todos los privilegios que ello conlleva.

6 - Tener la vida de Cristo implica necesariamente la lucha

Tras la vida recibida viene la lucha; quien no tiene la vida no tiene que luchar contra Satanás. La fuerza de Cristo está con nosotros por medio del Espíritu Santo. Cristo vive en nosotros y nos guarda hasta el fin. Dios vela por nosotros; los cabellos de nuestra cabeza están contados, y Satanás solo nos prueba con el permiso de Dios. Solo hablo de nuestros privilegios en la lucha, pero además está el privilegio de la esperanza, que nos hace ver desde ahora la gloria venidera y realiza en nuestros corazones esa gloria que ya nos ha sido dada, aunque aún tengamos que esperar por ella.

Esta expresión, «la regeneración», es poco utilizada en la Palabra de Dios; no se aplica a la comunicación de la vida, sino a la gloria de Cristo, cuando haya restablecido todas las cosas. Hemos perdido esta idea y solo aplicamos este término al momento en que comienza la vida.

7 - La renovación del Espíritu Santo (Tito 3:5)

La «renovación del Espíritu Santo» es algo distinto del bautismo de la regeneración. El Espíritu Santo actúa siempre como Dios; es la fuente de una vida completamente nueva, de un ser moral nuevo, con pensamientos y deseos nuevos; pero, además, renueva cada día su fuerza en nosotros. Comunica al hombre nuevo las cosas de Cristo. Pone en él pensamientos más inteligentes y más ilustrados acerca de Cristo, que producen deseos cada vez mayores de conocerlo. Nos hace abundar en la esperanza.

Si esta renovación no tiene lugar, la vida está ahí, sin duda, pero está sufriendo; un hombre no sufriría si no estuviera vivo. Para estar sano, hay que alimentarse; es necesario que el Espíritu Santo actúe en nuestros corazones. El que tiene prisa por llegar a su destino no se detiene a recoger flores por el camino. El hombre que tiene prisa por llegar a la gloria no encuentra ningún placer en lo bonito o agradable que puede encontrar en el camino.

La Palabra, la Cena, la oración, son algunos de los medios que el Espíritu Santo utiliza para renovarnos.