¿Anticristianismo = descristianización?

2 de marzo de 2020

Los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis dan un cuadro completo de una serie de siete iglesias (= asambleas) que es una exposición completa de varios estados morales y espirituales de las iglesias, ya sea en la región de Asia Menor (Turquía) en aquel momento o a través de las edades. Solo una de ellas, Esmirna, es objeto de persecución, aunque también hay oponentes contra la otra iglesia (= asamblea) fiel Filadelfia. Sin embargo, la carta a Esmirna no menciona que estas persecuciones u otras circunstancias adversas sean susceptibles de extinguir esta iglesia (= asamblea) o dañar el desarrollo del cristianismo, es decir, el testimonio cristiano (imagen de la lámpara). Los fieles solo reciben el estímulo de que no verán la segunda muerte (= condena eterna), sino que tendrán la corona de la vida, lo que implica la salvación eterna de los redimidos. La indicación de la duración exacta de la persecución o de la adversidad muestra que Dios tiene el control sobre el destino de las iglesias (= asambleas) y sobre el grado de acción de los adversarios o de las circunstancias contrarias.

Hoy en día se leen a menudo informes sobre iglesias (edificios y reuniones) cerradas a causa del coronavirus, o por el fuego, o por el terrorismo, o por las decisiones arbitrarias de las autoridades, etc. ¿Es de temer que esto demuestre un fracaso del cristianismo y contribuya a la descristianización? Este ejemplo de Esmirna muestra que, contrariamente a las apariencias, Dios sabe medir las dificultades y controlar las circunstancias desfavorables. En particular, sabe distinguir lo que es un cristianismo vivo de una profesión religiosa muerta. También sabe sostener lo que es Suyo (Proverbios 24:16).

Otro ejemplo de esto es dado por el Señor mismo en respuesta a los discípulos que le mostraban los hermosos edificios del templo de Jerusalén, y a quienes el Señor anunció que serían completamente destruidos (Mateo 24:1-2). ¿Era este el fracaso de los anteriores propósitos de Dios expuestos en el Antiguo Testamento? Lejos de ello, ya que Dios pronto traería algo nuevo, más excelente y vivo, la Iglesia (= Asamblea) cristiana con miles de conversos (Hechos 2-5).

¿Conclusión? Dios sabe purificar, santificar, lavar (Efesios 5:26). Así que no tengamos miedo, sino que seamos más cuidadosos en cómo complacer al Señor, y cualesquiera que sean las circunstancias, entreguémoslas a Él, «depositando sobre él toda vuestra ansiedad» (1 Pedro 5:7).

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