El Señor Está Cerca

Sábado
26
Abril

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

(Génesis 3:8)

Lejanía y cercanía de la presencia de Dios

El jardín solía ser el lugar de comunión entre Jehová Dios y Adán. Sin embargo, debido al pecado de Adán, este se convirtió en un escondite donde no podía experimentar la presencia de Dios. Desde el momento en que el pecado entró, Adán instintivamente evitó la gloria de Dios. Ahora bien, no solo el hombre pecador es quien trata de evitarla, sino que la misma gloria de Dios repele el pecado. Pablo resume esta realidad con las siguientes palabras: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro. 3:23).

Entonces, Jehová Dios hizo túnicas de pieles y vistió con ellas a Adán y Eva (véase Gn. 3:21). Este versículo establece un principio importante: para que el hombre pueda volver y disfrutar nuevamente la presencia de Dios, primero debe ser revestido con una justicia provista por Dios mismo. Esta justicia demandaba la muerte de un animal inocente. Esto ilustra de manera asombrosa la muerte del Señor Jesús en la cruz. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Co. 5:21). Jesús cargó con nuestros pecados y ofensas contra Dios, pues “fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Ro. 4:25).

La justicia de Dios se ha manifestado en la cruz de Cristo. En Romanos 3:22 leemos: “La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia”. Dios ofrece una justicia adecuada para su presencia, la cual está disponible “para todos”. Sin embargo, solo aquellos que creen en él pueden recibirla. Por otro lado, aquellos que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de Jesucristo enfrentarán la destrucción eterna, alejados de la presencia y gloria del Señor (véase 2 Ts. 1:9).

Richard A. Barnett

arrow_upward Arriba