El Señor Está Cerca

Jueves
16
Enero

Todos estos judíos regresaron entonces de todos los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa; y recogieron vino y abundantes frutos.

(Jeremías 40:12)

Los últimos días en el Libro de Jeremías

En nuestras meditaciones anteriores, hemos visto que incluso en los momentos de fracaso entre el pueblo de Dios, él ha provisto a alguien en torno a quien reunirse. En nuestro caso, el único y bendito centro de reunión es nuestro Señor Jesucristo. También consideramos las bendiciones que hay a disposición de los “pobres del pueblo” que buscan responder a los pensamientos de Dios en medio del fracaso colectivo. En la meditación de hoy, queremos considerar más detalles acerca de aquellos que se reunieron con Gedalías, quien fue nombrado gobernador de la tierra.

En primer lugar, llegaron a la tierra de Judá, nombre que significa «alabanza». Hoy en día, todos los cristianos somos sacerdotes santos, capaces de ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo (véase 1 P. 2:5). Nuestro Padre busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, y quiere que todos los hombres honren a su Hijo de la misma manera que lo honran a él (véase Jn. 4:23; 5:23).

En segundo lugar, se reunieron con Gedalías en Mizpa, nombre que significa «atalaya». Y ya se ha escuchado el clamor: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mt. 25:6). ¿Estamos cada día en la atalaya? ¿Esperamos que el Señor venga HOY?

En tercer lugar, es reconfortante leer que los “pobres del pueblo”, que se quedaron con Gedalías, “recogieron vino y abundantes frutos”. Los viñedos y los campos que se les habían dado fueron trabajados, lo que indica que el remanente no había permanecido ocioso. Aunque sus circunstancias eran muy difíciles, el Señor bendijo su cosecha grandemente.

¿Y qué hay de nosotros? En lugar de desanimarnos por las dificultades o la pequeñez de nuestras circunstancias, procuremos ser diligentes con lo que el Señor nos ha confiado, y confiemos en que él bendecirá: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Pr. 10:22).

Kevin Quartell

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