El Señor Está Cerca

Miércoles
11
Diciembre

Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah.

(Salmo 67:1)

Orar para bendición

Este salmo comienza con una hermosa oración pidiendo la gracia y las bendiciones de Dios para su pueblo. Es un dulce recordatorio de que “toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces” (Stg. 1:17). Nuestro Señor Jesús dijo: “Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Jn. 16:23). Que nuestros corazones sean movidos a orar y pedir por aquellas buenas dádivas y dones perfectos que nosotros, su pueblo, tanto necesitamos.

Oremos para poder guardar su Palabra en nuestros corazones, no tan solo en nuestras mentes, y caminar conforme a ella con amor sincero a él, haciendo lo que le agrada. Pidamos que nuestros labios hablen y canten de él, que nuestros corazones estén ocupados con él y que nuestras acciones lo glorifiquen.

Oremos para que nuestras familias se centren en Dios y crezcan en él. Oremos también para que seamos una expresión viva de Dios para nuestro cónyuge, hijos y padres, de manera que Dios sea glorificado a través de nosotros.

Oremos por la Iglesia, para que en nuestros corazones tengamos en cuenta a todos aquellos a quienes Cristo tanto amó que se entregó a sí mismo por ellos (véase Ef. 5:25). Pidamos también al Padre que envíe obreros a la mies (Mt. 9:38), y que nos permita ver las necesidades entre su pueblo y entre las almas perdidas. Que el Espíritu Santo nos guíe a orar para que tengamos corazones puros y seamos instrumentos para su honra y útiles al Señor (véase 2 Ti. 2:21).

Si pedimos tales bendiciones, nuestro Dios y Padre nos las concederá, ya que él es galardonador de los que le buscan (He. 11:6). “A Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea” (Ef. 3:20-21).

Alexandre Leclerc

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