El Señor Está Cerca

Lunes
18
Noviembre

Se levantó David y partió… con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos.

(2 Samuel 6:2)

La presencia y la cercanía de Cristo

David tenía un fuerte deseo de tener el arca de Dios cerca de él. El arca representa a Cristo. ¿Deseamos, al igual que David, estar cerca de Cristo en nuestras vidas?

El arca no era algo común; sobre ella era “invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines”. Existía una manera precisa y solemne de transportar el arca, y así poder disfrutar de la bendición de su presencia. Lamentablemente, David se dejó influenciar por cómo los filisteos habían tratado al arca (1 S. 6:10-11). Los filisteos no sabían cómo transportar el arca, pero David debería haberlo sabido. Sin embargo, hizo lo mismo que ellos. Esto causó algo que nunca debió suceder: la muerte de Uza, quien actúo de mala manera al tratar de proteger el arca de caer al suelo. También trajo indignación, miedo y confusión (2 S. 6:3-10; véase Nm. 3:10). Pero luego David reconoció su error y se animó al ver cómo la casa de Obed-edom había sido bendecida por la presencia del arca, así que decidió traer el arca, pero transportándola de la manera correcta.

Todos deseamos disfrutar de la cercanía y la presencia de Cristo en nuestras vidas, hogares e iglesias locales. Pero debemos aprender cuán sagrado es “el buen nombre” que es invocado sobre nosotros (Stg. 2:7). Su nombre es “Señor Jesucristo”. No podemos vivir como el mundo vive ni utilizar los métodos que el mundo utiliza. Hay una forma adecuada de llevar su nombre, y se nos enseña cómo hacerlo. No podemos llevar el nombre de nuestro Señor Jesucristo siguiendo los métodos y estándares del mundo. Hacerlo solo traerá muerte espiritual debido a un comportamiento inapropiado que surge de circunstancias que nunca debieron haber ocurrido, además de indignación, miedo y confusión.

Pero si obedecemos a la Palabra de Dios, experimentaremos muchas bendiciones al disfrutar de la presencia de Cristo en nuestras vidas, hogares e iglesias locales.

Alexandre Leclerc

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