El Señor Está Cerca

Sábado
24
Agosto

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio.

(Apocalipsis 22:16)

El precioso nombre de Jesús

El ángel ha entregado su mensaje, y ahora, por fin, el Señor mismo habla. Ya han pasado ante nosotros las solemnes escenas de juicio, las glorias venideras de la ciudad celestial, la bienaventuranza del reino de mil años, la perfecta gloria de los cielos nuevos y la tierra nueva, pero por fin somos dejados a solas con Aquel de quien todo depende -estamos a solas con Jesús. Aquel que puede decir: “Yo Jesús”, tiene la última palabra. Han hablado los ángeles, los ancianos, han tocado trompetas, se han oído las voces de grandes multitudes y el son de potentes truenos, pero al fin todo da lugar a Aquel que está por encima de todo -oímos la voz de Jesús.

Al desvelarse las glorias de este libro, nos presenta a Cristo en sus glorias y dignidades como el Fiel y Verdadero, la Palabra de Dios, el Rey de reyes y Señor de señores, como el Alfa y Omega, principio y fin, títulos que ciertamente nos impresionan con su dignidad y majestad; pero en esta escena final nos está presentado bajo el Nombre que entusiasma a nuestros corazones y que atrae nuestros afectos -el Nombre que es sobre todo otro nombre, el nombre de Jesús. Con este nombre vino al mundo, porque al nacer leemos: “Llamarás su nombre Jesús” (Lc. 1:31). Con este nombre ascendió a la gloria, porque los ángeles dijeron: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hch. 1:11). Bajo este nombre le contemplamos en la gloria, porque, como dice el apóstol: “Vemos… a Jesús… coronado de gloria y de honra” (He. 2:9). Y bajo este nombre nos habla desde la gloria, al decir: “Yo Jesús”. Tenemos innumerables glorias y bendiciones a la vista, pero en el presente estamos en una escena desértica a solas con Aquel que se presenta a sí mismo de manera tan tierna como “Yo, Jesús”.

Hamilton Smith

J. Newton

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