Me han rodeado muchos toros… Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y rugiente.
El salmo 22 menciona varios animales para describir los ataques que recibió el Señor de parte de sus enemigos. Los animales de los versículos anteriores representan a los líderes religiosos y políticos de los judíos. La expresión “del poder del perro” (v. 20) hace referencia a los gentiles, Pilato y sus siervos, que también lo atacaron. El término “perros” está vinculado a la “cuadrilla de malignos” (v. 16), es decir, las fuerzas paganas. El Señor exclamó: “Sálvame de la boca del león” (v. 21) cuando se enfrentó al ataque final de Satanás, ya que el diablo tenía en ese momento “el imperio de la muerte” (He. 2:14). Nuestro Señor se hizo obediente “hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8), y por medio de su obediencia obtuvo la victoria, aunque aparentemente parecía que iba a ser derrotado (Col. 2:15; 2 Co. 13:4).
El primer día de la semana se confirmó este triunfo, cuando Jesús se levantó de la tumba, muy temprano por la mañana (véase Mr. 16:2-6). “Los cuernos de los búfalos” (Sal. 22:21) probablemente hacen referencia al poder del enemigo, al igual que el león. Sin embargo, no importa cuán grande haya sido la resistencia contra el Señor Jesús, su poder era mayor y por eso obtuvo la victoria. Esta victoria la vemos, en primer lugar, al final de las tres horas de tinieblas, cuando Cristo dijo que Dios le había respondido (v. 21 RVA-2015) y, en segundo lugar, en el glorioso día de su resurrección, cuando salió de la tumba (Hch. 2:31). La victoria suprema le pertenece solo a él.
Hay muchos animales que ilustran diversos aspectos de la Persona y la obra del Señor: oveja, cabra, toro y ciertas aves. Sin embargo, (¡misterio insondable!) acá dice ser “gusano, y no hombre” (v. 6). El “gusano” (cochinilla) mencionado aquí es uno del cual, al aplastarlo, se logra extraer un tinte de color rojo o carmesí, utilizado para teñir. Cuando Jesús fue “aplastado” bajo el juicio de Dios, produjo algo de valor duradero. Además, “la cierva de la aurora” (el epígrafe “Ajelet-sahar” del salmo) representa una respuesta a nuestro Señor y a su obra. ¿Cuál es nuestra respuesta hacia él y a su maravilloso amor?
Alfred E. Bouter