El Señor Está Cerca

Viernes
2
Junio

Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.

(Juan 21:3)

Cómo actúa el Señor

Sería fácil criticar a Pedro y a los demás discípulos en esta ocasión. Habían visto al Señor después de su resurrección y habían escuchado sus palabras de paz y consuelo; se habían alegrado de su presencia entre ellos, y ahora sabían sin lugar a dudas que había resucitado. Jesús había triunfado sobre la muerte y estaba a punto de enviarlos como testigos de su triunfo.

Entonces, ¿por qué volvieron a pescar? ¿Acaso el Señor no les había dado otro tipo de pesca? ¿No debían pescar hombres en lugar de peces? Pero el Señor no los criticó. Permitió que trabajaran en vano toda la noche para así manifestar su poder por la mañana. Entonces Pedro, quien había propuesto la idea de ir a pescar, ahora tomó la iniciativa de ir al Señor. Abandonando la barca, saltó al agua y nadó hacia su Maestro que estaba en la orilla.

Entonces el Señor mostró su gracia. Había preparado fuego para calentar los cuerpos temblorosos de sus discípulos y un delicioso desayuno para sus estómagos vacíos; además les extendió una cordial invitación para despertar sus corazones dormidos. Tenía cosas importantes que decirles, especialmente a Pedro, pero primero preparó sus corazones.

¡Precioso Salvador! Qué bien ilustra la manera correcta de ayudarse mutuamente en el camino de la fe: actuando, como él, según su poder y gracia. Recordar esto alejará de nuestras almas la tendencia a confiar en las iniciativas e impulsos humanos más que en el Señor. Recordar su gracia nos mostrará de nuevo que sus recursos son mucho más abundantes y eficaces que los nuestros. Estos recordatorios son mucho más eficaces que el látigo legalista de la crítica, el cual suele alejar a las almas de la presencia del Señor.

Grant W. Steidl

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